Latinoamérica ya no soporta la presión económica causada por la pandemia. La única solución es la reactivación de todas las actividades apoyada en una vacunación masiva de la población -que reducirá la mortalidad de la enfermedad- y la elaboración de planes de retorno al trabajo presencial. Lo cierto es que el virus vino para quedarse y lo que las empresas deben hacer es adaptarse a esta nueva cotidianidad. 

Alrededor del mundo muchos países desarrollados se encuentran prontos a alcanzar su normalidad. El día 24 de mayo, la CNN informaba en su página web que el 50% de los adultos estadounidenses estaban completamente vacunados. En estos días, España anunciaba que retoman todas sus actividades e inclusive el uso de tapabocas en exteriores ya no será obligatorio -aunque solo el 29% de la población está completamente vacunada-. Estas realidades están lejos de ser la de los países latinoamericanos donde la total inmunización de la población se ve un poco lejos (Chile es el único país con un 50% de su población totalmente vacunada). Todavía se habla de picos de la pandemia y los números lo corroboran.

A pesar de estos hechos, el regreso total a los lugares de trabajo es eminente y no todas las personas están ansiosas por hacerlo. Ya sea en Colombia, Perú o Estados Unidos, todos los trabajadores presentan una misma inquietud: ¿Cómo vamos a enfrentar el COVID-19 en los lugares de trabajos? 

Una encuesta publicada el mes pasado por la Asociación Estadounidense de Psicología encontró que el 49 por ciento de los adultos no se sienten cómodos por regresar a las interacciones en persona, y la vacunación tampoco es garantía de seguridad: el 48 por ciento de las personas que ya han sido vacunadas dicen sentir todavía temor. Las medidas de bioseguridad en los lugares de trabajo son su principal recelo. Sobre el tema, la empresa tecnológica Envoy preguntó a 1000 de sus empleados (en el mes de febrero) y el 66 % dijeron que estaban preocupados por su salud y las medidas que tome la empresa para mantenerla.

Por otro lado, y a pesar de estos temores, el teletrabajo total y permanente no es una opción para ninguna organización. Una encuesta reciente de McKinsey encontró que el 15% de las empresa encuestadas dijeron que “un 10% de sus empleados podrían trabajar de forma remota uno o dos días a la semana en el futuro», pero solo el 7% estaba dispuesto a considerar tres días o más para ese mismo porcentaje.  Es decir, se pueden permitir el teletrabajo por un tiempo corto y específico, y para pocos empleados. Otro de los hallazgos es que el potencial del teletrabajo se encuentra concentrado en sectores específicos: informática, tecnología, finanzas y ciertos campos de la administración. Para la mayoría de las empresas, el teletrabajo simplemente ya no es viable.

Inclusive grandes corporaciones como Amazon, Apple, Google o Facebook, afines a esta modalidad, están trabajando en sus planes de retorno los cuales incluyen una reconfiguración y expansión de los espacios de oficina en las principales ciudades donde tienen presencia. El proyecto de Google va más allá e incluye viviendas cercanas al lugar de trabajo, las llamadas «ciudades de quince minutos», una idea que ya se estaba promoviendo prepandemia como parte de las soluciones verdes.

Frente a estas evidencias, las empresas deben prepararse para lidiar con esta resistencia producto del miedo. A  medida que se levantan las restricciones, las empresas se enfrentan a la tarea crítica de equilibrar la reapertura con la reducción del riesgo de transmisión del COVID-19.  No existe un plan perfecto para esta situación compleja, cada ecosistema organizacional debe tomar en cuenta todas sus circunstancias para que el regreso a los espacios comunes se haga de forma segura. Sin embargo, se puede tomar en cuenta estas 2 tareas básicas y necesarias que darán cierta tranquilidad al colaborador:

Conformar una brigada sanitaria

Debe estar compuesta por un representante de cada área de la empresa. Su función: estar bien atentos y enterados de las disposiciones sanitarias tanto nacionales como internacionales, y ayudar a preparar y ejecutar los planes de contingencia.

Desarrollar un plan de reapertura

Debe contener directrices de preparación y respuesta que orienten las acciones de protección contra el COVID-19. Es importante tener claro que las pautas y las mejores prácticas aún son cambiantes. Se debe tomar como base los protocolos y guías emitidos por los organismos reguladores internacionales y que en conjunto con las normas impuestas por los gobiernos locales ayudarán a proteger tanto a la empresa como a los empleados.

Estas acciones serán efectivas si son acompañadas por una actitud de real interés por el personal. Es responsabilidad de los empleadores remodelar los lugares de trabajo para que los colaboradores se sientan cómodos, apoyados y capaces de ejecutar su trabajo de manera efectiva. Por otro lado, deben tener presente que la situación que hemos vivido ha producido cambios de comportamiento y de actitud que tendrán un gran impacto en los lugares de trabajo y que entrañan desafíos. Por ejemplo, la seguridad personal será una preocupación más consciente y constante; aumentarán las necesidades relacionadas con la salud mental y el bienestar; y la flexibilidad laboral ya no será vista como una comodidad, sino como algo imprescindible.

Todavía quedan muchas dudas acerca si algún día dejaremos atrás esta pandemia u otra llegará más rápido y estaremos mejor preparados. No existen soluciones mágicas o planes perfectos para conseguir un entorno de trabajo ideal, ajustado a las necesidades actuales; sin embargo, es una excelente oportunidad para repensar y crear espacios que se centren de manera significativa en la experiencia humana. Las empresas deben abordar de manera consciente y sesuda los nuevos desafíos, y reconocer a la resiliencia como la característica principal de la empresa del futuro. Volver a los espacios laborales será una buena experiencia en la medida que estemos preparados para los cambios que exigen una nueva cotidianidad. Hoy, las palabras del conferencista Raimon Sansón son oportunas tanto para las empresas como para los colaboradores, “El mayor obstáculo para empezar algo nuevo es empeñarse en seguir siendo el mismo de siempre.”

Artículo relacionado: https://sinergialiteraria.wordpress.com/2021/04/15/la-pandemia-de-las-emociones/

Referencias

Cerutti, K. y Grodoski L. (2021). Five Post-Covid Behaviors And Attitudes That Will Reshape The Workplace. https://www.workdesign.com/2020/06/five-post-covid-behaviors-and-attitudes-that-will-reshape-the-workplace/

Chuck, E. (2021). Office buildings are opening back up. Not all employees want to return. https://www.nbcnews.com/news/us-news/office-buildings-are-opening-back-not-all-employees-want-return-n1262647

Jones, J. (2021). La indecisión sobre la vacuna contra el covid-19 en Estados Unidos es un insulto a los países necesitados. https://cnnespanol.cnn.com/2021/05/07/opinion-indecision-vacuna-covid-19-estados-unidos-insulto-paises-necesitados-trax/

HealthDay. (2021). Casi la mitad de los estadounidenses quieren vacunarse contra la COVID lo antes posible, y la cifra aumenta desde diciembre: encuesta. https://consumer.healthday.com/b-1-27-nearly-half-of-americans-want-covid-vaccine-asap-numbers-rising-since-december-poll-2650157594.html

Mc.Gahey, R. (2020). Back To Office Work, With (Or Without) A Covid-19 Vaccine. https://www.forbes.com/sites/richardmcgahey/2020/11/11/back-to-office-work-with-or-without-a-vaccine/?sh=7b4508b5c455

Maxouris, C. (2021). La mitad de los estados de EE.UU. han vacunado completamente al menos al 50% de los adultos. https://cnnespanol.cnn.com/2021/05/24/mitad-estados-unidos-covid-vacunados-completamente-orix/

The National Law Review. (2021). Best practices for returning to work in a vaccinated world: Getting back to business. https://www.natlawreview.com/article/best-practices-returning-to-work-vaccinated-world-getting-back-to-business